¿Qué implicaría una reforma del gobierno de Dios?

(Gen. 2:16-17; 3:15; Isa. 14:12-14; Eze. 28:12-15; Juan 8:44; Apoc. 12:7-9) Blog Mar. 31 – Abr. 6, 2024

Preparado por Ricardo Marín – <PregonerodeJusticiaLRI@gmail.com>

INTRODUCCIÓN: Nuestro mundo está sumido en el caos. ¿Siempre fue así? Si no, ¿qué pasó? Este trimestre buscaremos en las Escrituras respuestas a estas preguntas.

Guerra en el cielo

1. ¿Qué nos dice la Biblia acerca de las personas que existieron antes de la creación de esta Tierra? Las Sagradas Escrituras dejan claro que Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, Lucifer y los ángeles existieron antes de la creación de este mundo (Gén. 1:1-3; Job 38:6-7; Prov. 8: 1, 22-23; Eze. 28:14-15; Juan 1:1-2; 17:5).

2. ¿Qué nos dice la Biblia sobre los acontecimientos anteriores a la creación de esta Tierra? Génesis nos dice que la tierra estaba desordenada y vacía. Ezequiel nos dice que el ángel más brillante del cielo dirigió una rebelión en el cielo y el Apocalipsis nos dice que siguió guerra y Lucifer, junto con 1/3 de los ángeles del cielo, fue arrojado a esta tierra vacía (Gén. 1:2; Eze. 28:11-16; Apoc. 12:3-9).

3. Para que Dios permita que sus criaturas comiencen o se unan a una rebelión, ¿qué habilidad debe haber creado Dios en ellas? Dios debe haber creado a sus criaturas con la capacidad de amar: la libertad de servirle o de rebelarse (Gén. 2:15-17; 1 Reyes 18:21; Josué 24:15; Apoc. 22:17).

4. ¿Qué intentaba lograr Lucifer en su rebelión? Lucifer deseaba reformar el gobierno de Dios y ponerse a la cabeza de él (tal como lo hace “el hombre de pecado”) (Isa. 14:13-14; Dan. 7:25; 2 Tes. 2:4).

5. ¿Qué implicaría una reforma del gobierno de Dios? Una reforma del gobierno de Dios implicaría un cambio en la Ley de amor de Dios, porque esa es la base de su gobierno (Sal. 19:7-8; Juan 8:44; Efe. 2:3).

6. ¿Por qué Dios no destruyó a Lucifer inmediatamente antes de llevar su rebelión a esta tierra? Para que el universo entendiera la naturaleza y los resultados de la rebelión de Lucifer, era necesario que Dios le permitiera demostrar plenamente sus principios para que la rebelión nunca volviera a surgir (Nah. 1:9; Mat. 7:17-20; Rom. 2:4).

7. ¿Cómo respondió Dios a la rebelión de Lucifer? Al observar el trato de Dios con Caín, sabemos que Dios le habló a Lucifer acerca de su deserción, que le advirtió adónde conduciría y que le dijo el remedio (Gén. 4:5-7; Deut. 32:4; Sal. 145:17).

8. Cuando otros métodos no lograron disuadir a Lucifer, ¿qué proceder se vio obligado a tomar Dios? Cuando Lucifer decidió controlar el cielo por la fuerza, Dios, en la Persona de su Hijo, se vio obligado a luchar contra Lucifer y los ángeles que estaban de su lado (Eze. 28:16; Apoc. 12:7-9).

Guerra en la tierra

9. ¿De qué advirtió Dios a Adán y Eva el día en que fueron creados? Dios les advirtió acerca de un árbol cuyo fruto no debían comer, porque si lo hacían, experimentarían no sólo el bien sino también el mal, porque Lucifer tenía acceso a ese árbol (Gén. 2:16-17; 3:1-3).

10. Según Jesús, ¿qué dos armas usa Satanás que no están disponibles para Dios? Satanás usa la falsedad y la fuerza para lograr sus objetivos, mientras que estas son ajenos a Dios (Gén. 3:4; Juan 8:44).

11. ¿Cómo se arraigó en esta Tierra la rebelión de Lucifer? Cuando Adán, la cabeza federal de la humanidad, comió del fruto prohibido, la rebelión se convirtió en parte de la existencia humana (Gén. 3:6; Sal. 58:3; Rom. 5:12-14).

12. ¿Qué llegó a ser el objeto especial de ataque de Satanás después de oír la maldición de Dios sobre él en el Edén? El objeto especial de ataque de Lucifer llegó a ser “la simiente de la mujer” desde los días de Abel hasta los días de Cristo (Gén. 3:15; 2 Reyes 11:1-3; Mat. 2:13-16; Apoc. 12:4).

13. Según Gálatas, ¿quién era la prometida “simiente de la mujer”? Jesús era la “Simiente de la mujer” prometida (Gál. 3:16).

14. ¿Cómo anuló Jesús la maldición de muerte sobre la humanidad? Jesús cargó con los pecados de la humanidad en la cruz y experimentó la muerte segunda en lugar de cada ser humano (2 Cor. 5:21; Heb. 2:9; 1 Ped. 2:24).

15. ¿Cómo probaron la vida y la muerte de Jesús que las acusaciones de Lucifer contra el gobierno de Dios eran falsas? Por su vida perfecta Jesús demostró que el hombre, tal como fue creado, podía cumplir perfectamente la Ley de Dios y por su muerte Jesús demostró que la Ley de Dios no podía ser cambiada y que Dios era un Dios de amor ilimitado porque tomó sobre sí mismo el castigo de la humanidad (Isa. 53:4-6; Mat. 16:21; Juan 8:29; Heb. 9:22).

16. ¿Por qué tuvo que morir Jesús? El gobierno de Dios requería la muerte por la transgresión, por lo que si la humanidad iba a ser rescatada, debía haber muerte en nombre de cada pecador (solo el Dios infinito podía hacer esto por todos los caídos); de lo contrario, la humanidad soportaría su propio castigo y se perdería para siempre (Sal. 49:7; Oseas 13:14; Rom. 6:23; 1 Tim. 2:6).

17. ¿A quién pagó Jesús el rescate por la humanidad? Jesús pagó el rescate de la humanidad al gobierno de Dios: a Dios mismo, para que su gobierno se mantuviera mientras salvaba a la humanidad (Sal. 49:7-8; Mat. 5:17; 2 Cor. 5:21; Heb. 9:22; 1 Tim. 2:6; Apoc. 5:6).

Una esperanza futura

18. Dado que Jesús pagó el rescate por cada ser humano, ¿se salvará cada ser humano? No, porque todos nacemos cautivos de Satanás y, a menos que aceptemos el rescate comprado, seguiremos siendo sus súbditos (destinados a la destrucción). (Sal. 51:5; 58:3; Juan 3:36; 5:40; 20:31; Rom. 5:17)

19. ¿Se salvará todo aquel que acepte a Jesús como su Salvador personal? No, sólo aquellos que perseveren en fe hasta el fin serán salvos, porque la salvación es el fin de nuestra fe, no su comienzo cuando creemos por primera vez (Eze. 33:13; Mat. 24:13; Juan 15:6; Heb. 3:6; 1 Ped. 1:9).

20. ¿Qué ayuda tienen los creyentes en Jesús para mantener su fe hasta el fin? Los creyentes tienen al Espíritu Santo que mora en ellos como ayudante en la tierra, a Jesús como su intercesor ante el Padre en el cielo y a un Dios amoroso que nos ama tanto que sacrificó el mayor tesoro del cielo por nuestra salvación. Además de estas tres personas, los creyentes tienen apóstoles, pastores, maestros y hermanos santos que los alientan a permanecer fieles (Luc. 10:19; Juan 3:16; 14:16-17; Rom. 8:11, 26-34; Efe. 4: 11-14; Heb. 4:14-16; 10:23-25).