¿Quiénes tienen la capacidad de agradar a Dios?
(Deut. 28:1-2; Mateo 6:33; 2 Corintios 7:1; Gál. 3:9-14) Blog Ene. 8-14, 2023
Preparado por Ricardo Marín – Pregonero de Justicia PO Box 700, Fallbrook, CA 92088-0700 USA
REPASO: Desde el principio, Dios ha provisto profusamente para las necesidades de todo lo que ha creado. Como criaturas suyas, nuestra respuesta debe ser una de gratitud y gestión amorosa de los dones que nos ha dado.
El pacto de Dios
1. ¿Cómo ha escogido Dios relacionarse con su pueblo? Dios solo se relaciona con su pueblo sobre la base de un pacto (Amós 3:3).
2. ¿Qué es un pacto? Un pacto es un acuerdo legal entre dos partes que las une (Gén. 17:7-9).
3. ¿Qué parte de un pacto une a las partes? Las obligaciones y privilegios declarados en un pacto son lo que une a las partes (Ex. 19:5).
4. ¿Cuál fue el primer pacto que Dios hizo con su pueblo? El primer pacto de Dios con su pueblo se hizo en el Edén cuando le dijo a Adán que podía comer de todos los árboles del jardín, menos uno, y que la muerte sería el resultado de la desobediencia (Gén. 2:16-17).
5. ¿Cómo podría resumirse el primer pacto de Dios con su pueblo? El pacto de Dios con Adán puede resumirse como “Obedecer y vivir” (Lev. 18:5; Rom. 10:5; Gál. 3:12).
6. ¿Fueron Adán y Eva totalmente capaces de obedecer el pacto edénico de Dios? Sí, eran libres agentes morales dotados de vigor físico, mental y moral que no tenían propensión al pecado (Gén. 1:26, 31; Ecl. 7:29).
7. ¿Cambió Dios su requisito de obediencia perfecta después de la caída del hombre? No, Dios que no cambia, aún requiere perfecta obediencia de todas sus criaturas (Lev. 19:2; Mal. 3:6; Mat. 5:48; Rom. 2:13).
8. ¿Cómo podemos nosotros, que somos malos y tenemos una propensión al pecado, relacionarnos con un Dios del pacto que requiere perfección? Debemos encontrar en Jesús el cumplimiento perfecto del pacto de Dios y por fe presentar su vida y muerte a Dios como nuestro Sustituto pactal (Isa. 53:12; Jer. 23:5-6; Col. 2:10; 1 Juan 5: 13).
9. Cuando aceptamos a Jesús como nuestra justicia, ¿qué nos da Dios junto con él? Junto con el don del Hijo, Dios nos da gratuitamente todas las cosas (Rom. 8:32).
Nuestra participación
10. Si sólo por la fe en Jesús somos aceptados por Dios y nos convertimos en su pueblo, ¿hay lugar para el esfuerzo humano en la vida cristiana? Sí, a los que son justificados por la fe se les da el Espíritu Santo de Dios que les da poder para vivir en armonía con la Ley de Dios. Por lo tanto, hacen esfuerzo humano en vivir para la gloria de Dios (Rom. 5:1, 5; 2 Cor. 7:1; Gál. 3:13-14; Tit. 2:11-12).
11. ¿Quiénes son los únicos que tienen la libertad y la capacidad de elegir hacer lo que agrada a Dios? Solo aquellos que han sido liberados del control de su naturaleza carnal tienen la habilidad y la libertad de elegir y hacer lo correcto (Rom. 6:3-6, 17-18).
12. ¿Qué promete Dios a los que obedecen sus mandamientos? Dios promete bendiciones a los que le obedecen (Deut. 11:27; 28:1-2).
13. Si Jesús obedeció perfectamente los Diez Mandamientos por nosotros, ¿por qué debemos obedecerlos? El mismo hecho de que Jesús dejó el cielo y se humilló a sí mismo para tomar nuestro lugar al vivir una vida perfecta y morir una muerte expiatoria por nosotros es la razón por la que debemos responder con aprecio amoroso por esta gran salvación. Si lo amamos, desearemos guardar sus mandamientos (Juan 14:15; 1 Juan 4:10-11).
Razones para obedecer
14. Además del hecho de que Dios es nuestro Creador y Sustentador, ¿qué incentivos adicionales tenemos para servirle? Para los que creen en él, Dios es un Padre amoroso que nos alimenta y nos viste; Jesús dio su vida por nosotros con sangre, sudor y lágrimas; y el Espíritu Santo es un compañero constante que nos ayuda, anima y dirige. Estos hechos deberían ser más que suficientes para inspirar una obediencia continua a Dios (Juan 3:14-17; 4:14; 14:16-17).
15. En última instancia, ¿quién es responsable de cada bendición que recibimos de Dios? Cada bendición que recibimos de Dios es la compra de Jesús para nosotros. Aparte de su sacrificio infinito, todo lo que merecemos es la maldición de Dios y la muerte eterna (2 Cor. 5:21; Gál. 3:13-14; Apoc. 5:12).
16. ¿Qué podemos saber de quien no se esfuerza por perfeccionar la santidad en el temor del Señor? Junto con Pablo, todos los verdaderos cristianos se esfuerzan por perfeccionar la santidad en el temor del Señor (2 Cor. 7:1; Fil. 3:12-15; 2 Tim. 2:4-5).
17. ¿Qué promete Dios a los que buscan primero el reino de Dios y su justicia? Para aquellos que se esfuerzan por ser parte del reino y la justicia de Dios, Dios promete proveerles comida, ropa y otras necesidades de la vida (Mat. 6:25-33).